Afortunadamente desde que llegue que tengo bici. Mi hermano tenía una media pista y la típica "mamachari", nombre con el que se le llama a este diseño de bici que ven en la foto, y que es la bici que todo el mundo tiene. La verdad es que son muy cómodas y aguantan de todo.
Mi hermano ha tenido que funcionar para todos lados con su bici pistera. No es lo ideal en la ciudad, pero cada vez que vamos apurados, me deja perdida en el horizonte. Avanza tremendamente rápido con ella.
Y como ven, no son pocos quienes se transportan así.
Uno de los muchos estacionamientos de la universidad.
Vista desde un edificio a la Estación de Sapporo
Frente a la estación
Sushi para llevar, pero no compramos aquí, el almuerzo espera.
En el camino de nuestra búsqueda del almuerzo, me tiento con dulces típicos japoneses
Se les ofrece un pastelito?
Hemos llegado. Esto no es un escritorio, la pantalla nos muestra la carta de sushis que queremos ordenar. Presionando sobre el sushi llega la mesera con la orden en un tiempo récord.
En esta mesa los sushis van avanzando y uno escoge el que quiere comer. El tamaño de los platos indica el precio de cada pieza. Miam!
Amigas japonesas con las que fuimos: Michiko y Mayuka.

Y después al karaoke!! A diferencia de Chile, los karaokes en Japón son cerrados. Se entra con el grupo de amigos a una sala privada. Para beber, se puede pedir todo lo que se quiera (que esté en el menú) dentro del período que se decide estar. El precio se cobra cada media hora.
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